domingo, 13 de mayo de 2012

EL BOSQUE

Sabiendo el recorrido, se perdió entre la espesura del bosque, de pronto no recordaba como había llegado, a donde se dirigía, y si tenía algún sentido pensar en todo eso, porque se encontraba perdido en mitad de un bosque que ni recordaba haber visto en su vida, y de pronto recordó algo, tenía que seguir caminando, no sabía cual era su destino, pero necesitaba seguir caminando, lo que fuera que fuese buscando aún estaba lejos, lo sabía, aunque desconocía su origen, su sentido, sólo tenía por ahora la necesidad de seguir andando, hacia delante, sin parar, sin apreciar aquél inmenso bosque que le miraba extrañado, de que un humano se adentrara tan dentro de su ser, y que no temiera nada. Sólo observaba a ese ser caminar y caminar, extrañado que no sólo no parara sino que su mirada y su actitud fueran al mismo lugar, hacia delante, con voluntad de ser de continuar, hasta el mismo infinito del ser.

Creía que caminaba para aliviar su sentido de conciencia, pero no era así era algo aprendido, lo había aprendido alguna vez en su vida, y era algo que no podía dejar de hacerlo. Caminaba, hacia delante, pero que motivo le llevaba a realizarlo, lo desconocía. Al igual que desconocía en donde se encontraba, y porque debía avanzar, si el paisaje invitaba a sentarse, a inspirar y disfrutar, de cada instante que el viento rozaba su rostro. Y cada vez que más pensaba, más rápido andaba, era como si ya no controlara sus piernas, tenían vida propia, tenían un objetivo, y nada ni nadie podía interferir en que no siguieran. Mientras al menos podía mover sus ojos y apreciar el puzzle de colores que le ofrecía aquél bosque, en cada respiración un recuerdo pasajero con una imagen borrosa invadía sus ojos, que al intentar centrar la imagen ésta desaparecía. Ya no comprendía nada, sus piernas habían cobrado vida, tenían su propio objetivo y él era su invitado obligado por necesidad corpórea. Su mente a raíz del olfato le bombardeaba a recuerdos que no permitía que recordase totalmente, sólo podía apreciar su esencia, que era la que podía oler en aquél bosque lleno de sonidos tan cercanos, que aunque no sabía donde estaba era como estar en casa. Y al final era porque se encontraba en casa, era la única explicación, la naturaleza era su hogar, volvía al origen, a un ser completo, la unión de naturaleza y ser.
1-04-2012

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