Sonreía tu alma al amanecer,
Ternura de sábanas al despertar.
Tan cerca tan lejos de sentir tu
piel
Que erizabas el vello de mi alma.
Quizás amaba, quizás olvidaba
Pero siempre sentía tu aliento,
En mi cálido cuerpo de fuego
encendido,
Abrasador aliento recorriendo
recónditos
De mi corazón.
Haces que el día aparezca
Y la noche nunca termine,
Me confundes, me animas
Me enloqueces al acercarme.
Derrumbado el muro,
Ya es sólo polvo lo que fue montaña,
Llevado al universo, llevado a cada
recóndito
De mi ser luminiscente.
Días acabados, noches rotas,
Besos dados y encontrados,
Labios comidos con deseo,
Es el desespero de tu calidez
En mi cama soñada.
Es sólo el momento,
Es el Aquí y Ahora
Del sentir,
Vivir,
Pero junto a ti.
10-11-2013