domingo, 3 de marzo de 2013

EL HUMO DESCENDÍA DE SU BOCA


El humo descendía de su boca,
Sus palabras ascendían
Y su sabiduría perduraría.

Creencia ciega,
La peor.

Creencia razonada en la que
Creer es pensar y pensar es creer.

Doctrina del alma que descansa
Ya en la cama desnuda
Y no puede sino dormir su locura.

Creencia en sí misma,
Egoísta,
Simplemente ella misma.

Oculta, silenciosa, pegajosa creencia,
Oculta a los ojos que miran,
Silenciosa a los oídos que escuchan,
Pero siempre pegajosa a los que desea.

Locura creencia, necesidad de creer,
Sobrevivir a las creencias que encierras,
Tu alma atormentada cree en su destino.

Destino de creencias, que durante la vida y la muerte
Nos acecha, nos cautiva, nos invade
Y al final nos mata.

Mata creencias, mata pensamientos,
Nos morimos al final y su sabiduría permanece.
Para su acecho, para su derrumbe de humanidad,

Ya sólo quedan gotas de tinta en sus dedos,
El humo se esparcía por la habitación,
Y sus palabras desaparecían por el eco de las paredes.

Necesidad de creer en algo,
O simplemente Nihilismo.


03-03-2013

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